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El poder del metapensamiento

Tener un cerebro súper potente que no para de pensar nunca y abre miles de lineas de pensamiento distintas puede ser muy agotador... en función del contenido de los pensamientos.


Una velocidad de procesamiento alta no es un problema, ni tampoco lo es la conexión de ideas.


¡El problema es cómo canalizar todo esto!


Si no se canaliza adecuadamente, la mente va a ser propensa a la ansiedad (ya que de base, duda de todo y se cuestiona todo) y/o a la depresión (si tira hacia pensamientos negativos).


Puede ser muy difícil tomar las riendas de su mente sin caer en el efecto rebote: buscar el control es la mejor manera de perder el control - puesto que si tratas de no pensar en algo, vas a reforzar este pensamiento.


El metapensamiento es, quizá, una de las estrategias más potentes: se trata básicamente de reflexionar sobre su propio pensamiento - dando un paso hacia atrás, observando los mecanismos en juego.


Lo interesante de identificar son las distorsiones cognitivas: esos filtros que transforman la percepción de la realidad, según un prisma en general negativo. Te dejo aquí una lista para que puedas chequear con más comodidad cuáles sueles usar.




También puedes buscar creencias irracionales (puedes ser más difíciles de sacar a la luz). Si la distorsión es el filtro, la lente que modifica la realidad, la creencia es la fuente, el terreno base que va a determinar tu visión del mundo (es más profundo). Te dejo aquí una lista de creencias irracionales más frecuentes.




El ejercicio que más me gusta para desarrollar el metapensamiento es la identificación de los distintos aspectos del yo: cada parte de ti va a procesar y pensar el mundo de una forma distinta, con sus matices y sus sesgos. Es muy interesante y útil identificar "quién" emite el pensamiento en cada momento, porque fomenta la defusión cognitiva y permite tener una perspectiva más amplia (lo que se busca para salir tanto de la ansiedad como de la depresión - en todas sus versiones - es justamente ampliar el foco de percepción). Esto se puede hacer en acompañamiento o talleres concretos.


También puede ser interesante reflexionar acerca de los formatos en los que piensas (imágenes, vídeos, audio, 3D, sensaciones, etc.) porque muchas veces lo que "falla" no es el pensamiento en sí, sino su traducción a palabras (cuando comunicamos nuestros pensamientos).


La metacognición es un tema que da mucho de sí, así que si te interesa este tema, dímelo y seguiremos profundizando.


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